viernes, 24 de abril de 2009

Pseudorreloj

Una noticia conmovió al mundo. El descubrimiento de los pseudorrelojes. Observados a simple vista, son iguales a los relojes de verdad: nada hay que denuncie que se trata de otro tipo de objeto. Estos pseudorrelojes son en realidad verdaderos caballos de troya, disfrazados de relojes de pulsera. El ingenuo poseedor de uno de estos relojes cree traer en su muñeca una pieza fina de joyería, pero en realidad se trata de un poderoso instrumento electrónico que va inyectando al poseedor de minúsculos robots que viajan por el torrente sanguíneo y se instalan en el cerebro de su poseedor.
Poco a poco estos robots se van apoderando de los núcleos neuronales de la voluntad, los cuales se manejan a distancia por medio de computadoras conectadas a la web, de modo que el sujeto infestado de estos micro espías es inducido a ciertas conductas a control remoto cuando la víctima se conecta a internet. De esta manera, quienes manejan su voluntad le harán que haga compras masivas de ciertos productos (si el controlador es dueño de ciertas marcas de productos), transferencias a cuentas bancarias, cesión de títulos de propiedad, inclusión en los consejos directivos. Y si son políticos, los dominados diseñar leyes favorables a su manipulador, o bien conceder favores, bloquear iniciativas desfavorables, atacar competidores, etc.
El descubrimiento de los pseudorrelojes se llevó a cabo casualmente cuando a un hombre le hacían unos encefalogramas y de pronto descubrieron que empezaba a enviar el diálogo que tenía con el doctor a una de las computadoras de sus analistas. Quien manejaba esa computadora no entendía por qué las palabras del paciente (que ellos mismo oían) fueran apareciendo como cadenas de texto en la pantalla.
Un análisis a fondo por ingenieros cibernéticos les llevó a descubrir estos pseudorrelojes y la manera que operaban. Aun las autoridades no han podido cuantificar cuántos de estos aparatos hay en el mundo, pero han lanzado una campaña para recoger relojes Swatch, Rolex, Hal Martins, Royal Oak, Bulgari Digono, Chopard, Breguet, Cartier, entre los más importantes, y analizan si son pseudorrelojes. Cuando descubren uno de estos, le entregan al dueño un reloj de verdad de la misma marca y someten al infeliz afortunado a un examen neuronal para detectar el grado de infestación para, posteriomente, implementarle un programa de desarticulación de los nanorrobots incrustados en sus neuronas.